Como parte de los esfuerzos globales que se vienen adelantando para que la tributación internacional sea más eficiente e inclusiva, se llevaron a cabo en Nueva York, entre el 26 de abril y el 8 de mayo, las primeras sesiones de la Convención Marco sobre Cooperación Tributaria Internacional de las Naciones Unidas, la cual se creó a finales de diciembre del año pasado. En estos encuentros participaron 193 estados miembros y su objetivo fue debatir y llegar a un consenso sobre los principios que deberían regir la Convención y sus mecanismos de funcionamiento.

Los estados participantes plantearon distintas posiciones respecto a los términos de la Convención Marco. Por un lado, los países del sur global solicitaron que la Convención se fundamente en una distribución equitativa de los impuestos y de la arquitectura institucional, mientras que otros países como los de la Unión Europea solicitaron tomar como base los procesos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Lee también: De los paraísos fiscales internos a la cooperación fiscal

“Esto no tiene sentido, pues en esta organización no están todos los países y ya se ha identificado que sus instrumentos pueden beneficiar en mayor medida a los países de ingresos altos, más que a los de bajos ingresos, como los del sur global. Esto mostró que varios gobiernos tienen una gran reticencia hacia una verdadera reforma del sistema tributario global”, señaló Mariana Matamoros, investigadora de Dejusticia que participó en las discusiones.

En cuanto a las temáticas, el debate giró alrededor de la tributación de las corporaciones multinacionales, los impuestos a la riqueza, los impuestos verdes para enfrentar el cambio climático y el intercambio de información equitativa. Respecto al primer tema, varios delegados indicaron que en este se necesita acción urgente, pues la evasión fiscal corporativa a gran escala y la competencia entre países por cuál tiene las tasas impositivas corporativas más bajas ha desmantelado la efectividad de la tributación de las corporaciones multinacionales en todo el mundo.

En lo que a los impuestos a la riqueza se refiere, tanto los países del Sur Global como del Norte Global pidieron acciones urgentes y una cooperación internacional fortalecida, puesto que los impuestos sobre la riqueza de los más ricos del mundo son la única herramienta efectiva para combatir la creciente desigualdad global, así como para obtener fondos necesarios para las arcas públicas.

Los impuestos verdes recibieron un fuerte apoyo de la gran mayoría de los delegados y será un tema importante en las siguientes negociaciones de la Convención Fiscal de la ONU. Actualmente ya se cuenta con varias propuestas a evaluar, como los impuestos corporativos para los contaminadores, los impuestos verdes sobre la riqueza y la abolición de los incentivos fiscales para el consumo de lujo, como jets privados y yates.

En el intercambio de información equitativa fue donde surgieron más diferencias, pues algunos delegados indicaron que el sistema de intercambio automático de información de la OCDE funciona bien y que cualquier desafío adicional se puede resolver mediante la construcción de capacidad. Sin embargo, otros delegados señalaron que esto no es posible, porque cuando los países se adhieren al estándar actual de intercambio automático de información de la OCDE, deben cumplir con varios requisitos administrativos, pero esto no significa que reciban automáticamente información de los otros signatarios del estándar. El sistema les exige desarrollar acuerdos bilaterales con cada otra jurisdicción para recibir información y este es un requisito que demanda recursos e influencia política para asegurar los acuerdos necesarios con otros países. En este sentido, se corre el riesgo de dejar a los países en desarrollo pequeños y menos poderosos con un acceso limitado a la información.

Tras estas dos semanas de sesiones y debates, se publicará un texto de negociación a principios de junio de este año. Luego, los países se reunirán nuevamente en Nueva York en julio para continuar las negociaciones, con el propósito de presentar un borrador de Términos de Referencia para una Convención Marco de la ONU sobre Cooperación Fiscal Internacional que se llevará a cabo a finales del próximo agosto.

Las intervenciones de Colombia y Dejusticia

Colombia destacó la importancia de estas primeras sesiones y del desarrollo de los protocolos tempranos de manera simultánea a la redacción de la Convención Marco sobre asuntos específicos para responder pronto y con acciones concretas a las preocupaciones relacionadas con elusión fiscal de muchos de los países. También señaló que es necesario que en los términos de referencia quede un amplio alcance sobre cuestiones relacionadas con medidas para la acción climática, la imposición a individuos con gran cantidad de activos, las medidas para mermar flujos financieros ilícitos, la imposición de los servicios que ofrecen las multinacionales y la revisión de los beneficios fiscales.

Así mismo, Dejusticia tuvo una breve intervención durante la sesión del 6 de mayo y en esta resaltó la importancia de establecer principios que permitan adoptar una perspectiva de derechos humanos en la Convención Marco para la Cooperación Tributaria Internacional, ya que estos principios son fundamentales para garantizar una cooperación tributaria justa y equitativa que respete y promueva los derechos fundamentales de todas las personas.

“No existen derechos gratis, por lo cual, si queremos tomar en serio la garantía de los derechos y las libertades, debemos igualmente tomar en serio el análisis de las restricciones fiscales para realizarlos. La razón es obvia: la realización de los derechos humanos requiere que los Estados cuenten con instituciones robustas que movilicen, asignen y utilicen recursos públicos de manera transparente, participativa y responsable”, expresó Matamoros en su intervención.