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Tutela de cambio climático: pasar del papel a la acción
Por: Carolina Gutiérrez Torres | mayo 15, 2018
¿Cómo hacer para que no se quede en el papel el fallo que la Corte Suprema de Justicia emitió a favor de 25 jóvenes, que interpusieron una tutela para exigirle al Gobierno frenar la deforestación en la Amazonia? Este martes 15 de mayo Dejusticia –representante de los tutelantes– y el Ministerio de Medio Ambiente, se reunieron con representantes del Gobierno, la academia y la sociedad civil, con el fin de construir juntos un modelo que permita cumplir con las órdenes que dio la Corte para acabar con la tala indiscriminada de bosque en el Amazonas colombiano.
“Es importante involucrar no sólo a las entidades del Gobierno, sino también a la academia, a la sociedad civil, a los medios de comunicación, porque el problema del Amazonas no es aislado, es de todos”, dijo César Rodríguez Garavito, director de Dejusticia.
La primera tutela sobre cambio climático y generaciones futuras en América Latina, se radicó el pasado 29 de enero. Los firmantes son 25 niños, niñas y jóvenes de 17 ciudades del país, que están exigiendo la defensa de sus derechos a un ambiente sano, a la vida, la salud, la alimentación y el agua, amenazados por la deforestación en la Amazonía y sus efectos en el calentamiento climático.
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El 5 de abril la Corte Suprema de Justicia aceptó las peticiones de los accionantes y ordenó una serie de medidas para que el Gobierno cumpla con el compromiso de frenar la deforestación del bosque amazónico para el 2020, que el Gobierno reiteró en la Cumbre de Cambio Climático de París del 2015. El país todavía está lejos de cumplir esa meta: la deforestación creció 44% en el país según la última cifra oficial, de 2016.
Para hacer cumplir esa promesa, la Corte dio una serie de órdenes al Gobierno y a los 25 jóvenes demandantes, y también llamó a la academia y al resto de la sociedad, a participar en la creación de un plan para proteger la Amazonia colombia. Entre estas órdenes hay dos esenciales: construir un Plan de acción de corto, mediano y largo plazo para frenar la deforestación (en un plazo de cuatro meses), y crear un Pacto Intergeneracional por la Vida del Amazonas colombiano (en un plazo de cinco meses).
El encuentro del lunes –al que asistieron delegados de los ministerios de Ambiente, Agricultura y Transporte, Misión Amazonia, la Fiscalía, la Policía, el SINCHI, corporaciones autónomas, representantes indígenas y afrodescendientes– tenía como fin empezar a construir esos dos planes. “La idea es recoger los esfuerzos del Gobierno y enfrentar los cuellos de botella. La sentencia no está encaminada a reinventar la rueda, sino a moldear y afinar, como con un bisturí de precisión, esas estrategias. Hace mucho estamos en mora de tomar acciones contundentes”, aseguró César Rodríguez, quien también es el abogado de los jóvenes peticionarios.
Aquí puede ver el video que Dejusticia realizó para explicar la Tutela
El centro de esta tutela es combatir la deforestación como principal causante del cambio climático en el país. Así lo reconoció César Rey, director técnico de la dirección de Bosques del Minambiente: 1 de cada 3 toneladas de gases contaminantes (CO2) que se emiten a la atmósfera provienen de la deforestación. Y en la Amazonia está concentrada el 60% de la deforestación del país. Y un dato más: el 90% de la deforestación nacional está en los municipios de posconflicto.
En la construcción del plan de acción contra la deforestación, salieron a flote varios cuellos de botella y retos: crear programas de educación en medio ambiente (y cambio climático) con enfoques étnicos y de género, que la información que existe sobre esta problemática tenga mayor circulación y sea más asequible, fortalecer la presencia de autoridades como la Policía y la Fiscalía en los territorios, que exista mayor articulación interinstitucional, que se destine mayor presupuesto a este fin específico.
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La segunda misión era empezar a construir un pacto entre generaciones para proteger la vida de la Amazonia, que ahora es un sujeto de derechos como lo señaló la Corte Suprema. El pacto tiene un punto de partida: reducir a cero la deforestación y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La idea es que en este documento quede consignado a qué se comprometerán los diferentes sectores de la sociedad –empresas, colegios, universidades, organizaciones sociales, consumidores– para llegar a esa meta. Estas acciones podrían ser preventivas, correctivas y pedagógicas.
Los exponentes coincidieron en la necesidad de “meterle acelerador” a la construcción de estos planes, “para que el próximo Gobierno entienda que es algo que no tiene reversa”, como dijo Wendy Arenas, asesora de medio ambiente para la Alta Consejería para el Posconflicto.
El pacto para proteger la vida de la Amazonia sigue en construcción. Todos pueden participar enviándonos sus ideas a: [email protected]