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Una demora injustificada
Por: Dejusticia | Febrero 1, 2013
Este lunes 4 de febrero una niña colombiana celebra su cumpleaños número cinco junto a su familia – sus madres y su hermanito.
Hace poco también se cumplió otro aniversario para la familia. El pasado 6 de enero se cumplieron cuatro años desde que las madres de esta niña solicitaron al ICBF la adopción de la niña por parte de la madre no biológica. Es un mero trámite burocrático, para que el Estado reconociera oficialmente lo que ya es un hecho – que son y siempre serán una familia.
Sin embargo, ese trámite se ha convertido en una odisea para la familia, tras la negación del ICBF con el único argumento de que la adopción no es permitida para parejas del mismo sexo. Después de varias instancias, el caso llegó a la Corte Constitucional hace ya casi dos años. Y ahí sigue.
Ya se ha explicador en términos bastante claros el por qué no cabe duda de que la Corte debería fallar a favor de la adopción.
Pero además de que debería fallar a favor, lo debería hacer ya. La espera de más de cuatro años no puede ser clasificada de otra forma que como una demora injustificada. El derecho al debido proceso, garantizado por el artículo 29 de la Constitución, establece que en toda clase de actuaciones judiciales y administrativas, las personas tienen derecho a “un debido proceso público sin dilaciones injustificadas”.
Cuando se trata de niños y niñas, entra a jugar el interés superior de sus derechos, entre ellos el derecho a tener una familia y no ser separado de ella. En el caso de esta niña, tiene una familia, reconocido por la misma Corte Constitucional , pero el Estado hasta ahora se ha negado a otorgarle las protecciones legales que los demás niños y niñas colombianas tienen al pertenecer a un núcleo familiar.
Reitero, se debería tratar de un mero trámite burocrático, no más. Algo que debería ser sencillo, que no tiene por qué tener dilaciones injustificadas. Es la protección del interés superior de una menor de edad.
Pero esta niña comenzará el lunes su sexto año de vida sin que el Estado aún le haya otorgado sus derechos fundamentales.
Por favor, cuando llegue a celebrar su cumpleaños número seis, junto a su familia, que ésta sea por fin reconocida como tal también en los ojos del Estado.