Naciones Unidas estima que a 2016, 65,6 millones de personas habían sido desplazadas forzadamente de sus países debido a guerras civiles, crisis económicas, violencia y hambre. Estas personas no solo tuvieron que salir de sus hogares, sino que debieron cruzar las fronteras de sus países en busca de protección y oportunidades para sobrevivir.

En los últimos tres años habrían llegado a Colombia 1.000.000 de venezolanos huyendo de la crisis humanitaria que se vive bajo el gobierno de Nicolás Maduro, y muchos se dedican a ventas informales mientras esperan que el gobierno colombiano les permita trabajar legalmente. Son personas que migraron por la pobreza, por el miedo de quedar atrapados en caso de un cierre definitivo de las fronteras y porque la violencia en las calles, la represión de las protestas y las permanentes violaciones al derecho a la libertad de expresión y a la salud, hicieron que sobrevivir en Venezuela fuera insostenible.

Aunque en el caso colombiano la falta de una ruta de atención rápida, clara y flexible ha generado que muchos refugiados que llegan al país sean invisibilizados y engrosen los cordones de pobreza de las ciudades, el Gobierno trabaja en una resolución que otorgará permisos de residencia temporal a los venezolanos que hayan ingresado legalmente al país, lo que les permitirá contar con permiso de trabajo y acceso a seguridad social.

Desde Dejusticia hacemos un llamado a la solidaridad frente a la situación que vive Venezuela y los invitamos a compartir sus mensajes de apoyo con el hashtag #VenezuelaBienvenida, donde caben reflexiones personales sobre el tema y también la difusión de iniciativas de colombianos que le han tendido la mano a quienes ingresan a nuestro país desplazados por la crisis humanitaria.