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Viviane Morales: lo bueno y lo malo
Por: Miguel Emilio La Rota, Diana Esther Guzmán Rodríguez | diciembre 12, 2010
Al fin tenemos nueva fiscal en propiedad. ¿Qué debemos esperar? La designación de Vivian Morales tiene aspectos positivos que pueden mejorar la labor de la Fiscalía; sin embargo, también puede tener riesgos a los cuales debemos pararle bolas desde ya.
Lo bueno: el hecho que sea la primera Fiscal General mujer es positivo. Ella puede darle un impulso más serio a los casos de violencia de género, sobre todo los de violencia sexual durante el conflicto armado, que han sido más o menos ignorados durante años. Morales ya ha mostrado una agenda de género en el pasado, por ejemplo, en relación con la ley de cuotas.
Desde que fue ternada, Viviane Morales ha insistido también en que la Fiscalía debe darle la cara a la gente. Esto es crucial, dado que la Fiscalía ha tenido serios problemas frente a la participación de las víctimas en los procesos y tiene una cultura de muy limitada transparencia frente a la ciudadanía, sobre todo cuando se trata de permitir acceso a datos acerca de su gestión. La ciudadanía tiene muy pocas herramientar para controlar a la entidad.
Los riesgos: Morales parece tener el perfil más político de esta terna. Arrieta y Esguerra tienen antecedentes que mostrarían más experiencia en la gestión de grandes instituciones. Comparemos: Esguerra fue Constituyente, Ministro de Defensa y decano de la Javeriana. Arrieta, quien parecería haber sido el más acertado técnicamente en sus propuestas durante la audiencia, fue Consejero de Estado, Procurador y decano de los Andes. Morales fue Representante y Senadora. Estuvo en el Congreso 12 años. Por supuesto, dedicarse a la política no es malo, y de hecho, Morales es una muy buena jurista. El riesgo está en que su vena política se imponga sobre su orientación jurídica, pues entonces la Fiscalía podría continuar sin un claro liderazgo en estrategia investigativa y con falencias en su gestión pública.
Su perfil más político puede tener un riesgo adicional: su cercanía al Uribismo. Morales defendió la constitucionalidad del referendo reeleccionista, como el Procurador, con argumentos que no resultaron muy convincentes.
Si Morales asume un manejo más político que técnico, la Fiscalía seguirá siendo lenta, burocratizada, formalista e ineficaz, como ahora. Además, le quedará difícil manejar bien los casos que le toca asumir personalmente (esto incluye a varios de los altos funcionarios que presumiblemente ordenaron las chuzadas). Y peor aún, puede sucumbir ante la presión del uribismo respecto de múltiples procesos contra funcionarios del Gobierno anterior.
Por ahora, lo importante es que Viviane Morales es una abogada seria y representa una mejor opción que la mayoría de los ternados a los que nos tenía acostumbrados el anterior nominador. Pero tiene el reto de asumir su investidura con autonomía y conciencia de los problemas de nivel técnico y de gestión a los que se enfrenta.