
La desaparición forzada es el cuarto hecho victimizante con mayor número de personas registradas en Colombia; las principales víctimas indirectas son las mujeres. | Juan José Restrepo
Las heridas sociales y económicas que deja a las mujeres buscar a las personas desaparecidas
Por: Dejusticia | Noviembre 6, 2025
Detrás de las cifras de la desaparición forzada en Colombia hay una realidad silenciada: el costo físico, emocional y económico que recae desproporcionadamente sobre las mujeres que dedican sus vidas a buscar a sus seres queridos. Mientras enfrentan la ausencia, ellas cargan con el peso de sostener sus hogares, liderar la búsqueda y suplir las falencias del Estado, profundizando las desigualdades de género en una lucha que les desangra el cuerpo y la estabilidad.
Sobre esta realidad, que trasciende la sola ausencia y se extiende por años, hemos profundizado en nuestra nueva publicación Impactos en la situación social y económica de las mujeres buscadoras de personas desaparecidas forzosamente en Colombia. En esta investigación documentamos cómo esta labor genera profundas afectaciones en los derechos sociales y económicos para las mujeres.
Un crimen con rostro de mujer
La desaparición forzada es el cuarto hecho victimizante con mayor número de personas registradas en Colombia. Según el Registro Único de Víctimas (RUV), de las más de 151.000 víctimas indirectas, el 60.8% son mujeres. Este impacto diferenciado evidencia una feminización de la búsqueda, una carga que recae sobre ellas ante la insuficiente respuesta estatal.
La búsqueda impone una reconfiguración de la vida de las mujeres. Sus círculos sociales y familiares se fracturan por la estigmatización y reciben calificativos como «problemáticas» o «locas». Muchas deben reubicarse constantemente debido a amenazas, lo que afecta la estabilidad educativa de sus hijos y les impide construir redes de apoyo sólidas. La dedicación a la búsqueda también genera tensiones al interior de sus familias, llegando en algunos casos al distanciamiento.
La carga económica de una labor no reconocida
Asumir la búsqueda implica, por ejemplo, altos costos en viajes y asesorías, al tiempo que obliga a muchas a abandonar sus estudios y trabajos. Esta labor, que consume la mayor parte de su tiempo, no es remunerada ni reconocida como trabajo formal, impidiéndoles cotizar para una pensión. La vulnerabilidad económica se agrava con los años: el 19.4% de los hogares encabezados por una mujer víctima está en pobreza multidimensional, y la mayoría se emplea en la informalidad, sin seguridad social.
El desgaste físico y mental
Las buscadoras reportan un alto impacto en su salud: dolencias físicas crónicas y problemas de salud mental como depresión y ansiedad. El sistema de salud carece de un enfoque diferencial para atender los traumas específicos derivados de la desaparición y la búsqueda prolongada, y muchas son revictimizadas al enfrentar violencia psicológica por parte del personal de salud.
Recomendaciones para una respuesta integral
Frente a este panorama, en nuestra investigación recogemos las recomendaciones que construimos conjuntamente con las mujeres buscadoras, entre las que se destacan:
- Reconocer la búsqueda como trabajo: establecer mecanismos de empleo formal y seguridad social para las mujeres buscadoras, valorando su experticia.
- Fortalecer la salud con enfoque diferencial: garantizar atención física y mental especializada y continua.
- Garantizar el acceso a vivienda y educación: priorizar a las mujeres buscadoras y sus familias en los programas sociales existentes.
Un avance significativo es la Ley de Buscadoras (Ley 2364 de 2024), que las reconoce como constructoras de paz. Sin embargo, al no estar reglamentada, los derechos que busca garantizar esta norma no se hacen efectivos.
Llevaremos las observaciones a la comunidad internacional
El próximo 7 de noviembre presentaremos los hallazgos y observaciones de nuestra publicación en la consulta regional ante el Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada. Este será un espacio en el que distintos actores contribuiremos al proceso de formulación de una observación general sobre las mujeres, las niñas y las desapariciones forzadas.
La dignidad de las mujeres buscadoras y la satisfacción de sus derechos requieren acciones concretas que vayan más allá del reconocimiento y se traduzcan en políticas públicas tangibles.
